Hey, hey... si usted, hey, no se haga el huevón que le estoy hablando. Sí, a usted mismo, cómo está, cómo le va, a mi muy bien, como lo puede notar ya tengo hasta tiempo para escribir boludeces, no, no crea que ahora me la paso todo el día en esas, y que me he desocupado por completo, o que carezco de vida social o alguna cosa por el estilo. Supuestamente debo subir estupideces sobre mi vida, todos los días. Genial, así que supongo que nos veremos, ahora que usted ha llegado por equivocación o por chisme y ya no puede dejar de leer porque medio le interesa las pelotudeces que digo. Hey, puede mirar los demás archivos, por supuesto, encontrará algo interesante para reír, o para llorar, y de pronto me pongo poético y hasta escribo algo bonito pero nunca se sabe.
Por lo pronto me presento mucho gusto Andrés. Vivo en una ciudad rodeada de gente que te quiere matar, hace calor y la mujer que amo se abrió del parche. Punto final, hasta muy trágica y muy emo la historia de mi vida pero no todo es tristeza porque se me da bien lo de decir pelotudeces, y ya ve que subo algo todos los días esperando que a alguien le guste, y no se le dé por tirarse del balcón o cortarse las venas con tanto desempleo últimamente.
Por lo general escribo cuentos.
Aunque también reseño noticias y a hago críticas sobre juegos y libros, cosas así y nada del otro mundo.
¿Así que ya se hartó de mí? ¿Me va a desechar tan rápido?
No sea así, deme la oportunidad de iniciar de nuevo, hola, qué tal mucho gusto.
Me encanta escribir huevonadas. Siéntase a gusto de decir lo que quiera sobre lo aquí expuesto. Siéntase en la libertad de pinchar el botón de cierre. O haga lo que quiera, total, no sé ni para qué quiero su atención, ¿me entiende?...
Sí. Poco prolijo el asunto, pero de igual manera siéntase a gusto de despachar improperios, cosa que me viene importando un pepino, a estas horas de la noche.
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